Juego público y Loterías

La verdadera responsabilidad, del  llamado Juego Público.

Todos sabemos que las Loterías del Estado  Se caracterizan por su titularidad pública y su finalidad  social. Y aunque nacen como instrumentos de recaudación, el hecho de promoverlos el Estado, los debe implicar en una segunda misión del Juego Público: El efecto moderador y formador, del Mercado.

Esta segunda misión, la de moderar hacía la salud pública y el bien común es  tarea fácil de olvidar y por lo tanto, a recordar por los Agentes Sociales,  los Responsables políticos y en particular, en nuestro caso, hoy y aquí, por los Administradores de Loterías. Defender los VALORES DEL JUEGO PÚBLICO, como factor necesario de equilibrio, como elemento moderador y responsable, dentro de esta potente Industria del Juego.   Veamos de forma rápida, los “Valores” o características, de los Juegos del Estado en España. Porque son un ejemplo casi óptimo, y una referencia  para la Unión Europea.

  1. Su titularidad pública los configuró como una Renta Pública. De ahí su Función Social. Son juegos de todos y para todos.
  1. Calidad de la oferta,  La menor agresividad de la oferta. Los Juegos de Respuesta diferida,  que evitan la reiteración compulsiva de la acción de jugar. Y por lo tanto la generación de ludopatías.
    • Buena relación precio-Esperanza de premio Mayor. (Amplitud de Mercado). Por una baja aportación económica se aspira a un gran premio. Sin necesidad de bote, los premios son suficientemente significativos.
    • Juego solidario Nuestro buque insignia la Lotería de Navidad es el mejor ejemplo. Alto % de retorno en premios y de probabilidad de acierto. Se juega solidariamente, compartiendo número,  amigos, compañeros de trabajo, empresas, núcleos de acción social, etc.
    • Oferta bien dimensionada, ajustada a la demanda. Un porfolio con nueve juegos y podría sobrar alguno. Una Red Comercial especializada de 4.100 Ad y 6.500 mixtos.
  2. Capital Humano. Como Subsector de la Industria del Juego, se ha basado durante dos siglos y medios en el “capital humano”.En España, genera más de 13.000 empleos especializados. Especialización que es condición sine qua non, para incorporar “valor añadido” a los productos de juego, mejorando la calidad de la oferta. Valor añadido que una máquina no aporta y un establecimiento no-especializado tampoco. Parte de este valor añadido, lo es la Información y la formación del jugador. Y la retroalimentación para el Operador.

  ¿Funcionan estos valores? Nos responden los datos de evolución del Mercado del Juego:  a) Si en 1981, tras sólo cuatro años de la legalización del Juego Privado en España (1977), los nuevos subsectores de esta industria, (Máquinas B, Bingos y Casinos), capturan un 83% de la cuota total del Mercado antes de premios. A finales de 2008  capturan un 64%, y tras la crisis hoy tan solo el 54%. El Juego Público: el 46%. LAE el 39% y la ONCE el 7% antes de premios.

Si recordamos que en 1981, LAE contaba sólo con el 15% tercer subsector detrás de   Máquinas B y Bingos, hoy, 2012, capturamos el 39% del Mercado y somos el primer subsector.

b) Y como Valor refugio en los momentos de crisis económica. En los últimos 30 años, 1981-82, y 1993-94, (PIB negativo),  el juego deja de crecer o decrece. Pero LAE y Once crecen. En la crisis actual, desde 2009 a 2012, el juego privado lleva un descenso acumulado próximo al 50%, LAE un -8% y Once casi un -9%. De hecho la crisis se ofrece como una posibilidad de reflexión para unos y otros. El llamado Juego Responsable En el Mercado del Juego mundial, los juegos de respuesta inmediata, por su carácter más “agresivo” o potencialmente adictivo,  suelen acaparar la mayor parte del gasto/hab. Y precisamente también por su impacto social, se han venido definiendo en los últimos años, protocolos de salvaguarda, estándares de “juego responsable”. Para limitar posibles perjuicios por una parte y para mejorar la imagen de sus operadores por otra. Por lo que en principio los criterios del Juego responsable, emanan de la industria Privada. Pero dichos estándares de Juego Responsable,  solo garantizan unos mínimos: La edad del Jugador, el no ofrecerle crédito  para incrementar su potencial de pérdidas, los registros de prohibidos, evitar el fraude, evitar el blanqueo etc. En Europa la industria del juego en general, facturó antes de premios, en el año 2011, 300.000 millones de euros y proporcionó un millón de empleos. El 20% corresponde a Loterías del Estado. España como vimos, es la excepción con un 46%. Lo que dice Europa: La Asociación de Operadores europeos de Juegos del Estado European Lotteries “EL”, promueve y reconoce algunos principios básicos.

  • Principio de Subsidiariedad
  • Principio de Proporcionalidad

El primero somete los modelos de explotación de L.E., al “bien común” (respeto a la cultura, a la moral, al bienestar de los ciudadanos, a la salud pública), dentro de cada uno de los Estados. El segundo nos sitúa en la obligación de adecuar los medios a los fines, sin abusar de la situación de primacía que cada Estado puede aplicar a sus Juegos. Debería incluir un Principio más, derivado de estos dos, el de Juego socialmente saludable. De momento se conforman con los estándares de “juego responsable” ¿Pero cuál es LA TENDENCIA REAL, DE LOS  OPERADORES DE  JUEGOS DE L E.? Respetando estos estándares nos encontramos con la paradoja de que todos los Operadores de Juegos del Estado, salvo Loterías en España, ofrecen desde hace ya una década, juegos de respuesta inmediata. Susceptibles de generar ludopatía. Los fines pues, pueden estar claros, ¿Pero los medios que se emplean para conseguir estos fines están también claros? ¿Son “medios” adecuados proporcionales y responsables? ¿Son un medio correcto, para los Juegos Públicos,  los juegos de respuesta inmediata, loterías instantáneas o juegos de grattage? ¿Es un medio correcto para los Operadores de Juegos Públicos,  la “forma de producir” y ofertar hoy juegos, multiplicando la oferta de manera que el cliente no “conoce y no llega a conocer, no tiene tiempo, las características internas, ni las reglas del juego, de cada uno de los juegos que se ofertan, y sus Redes comerciales tampoco? ¿Es un medio correcto, para los Operadores de Juegos del estado,  pivotar las ventas sobre los canales on-line, ofertando juegos más propios de los operadores privados, bingo, casino máquinas o póker virtual? ¿Es correcto ofertar juegos de los que su Operador conoce que, en estricto sentido o no cumplen las reglas o resulta materialmente imposible comprobar si las incumplen? ¿Es un medio correcto recurrir a redes de distribución masivas, basadas en los terminales on-line, (en algunos casos hasta en los de la nueva telefonía móvil), o en la total automatización de máquinas expendedoras de juego, en detrimento de la calidad de la oferta y de la necesaria información/formación del jugador? Juego virtual y oferta automatizada de juego, en clara contradicción con la promoción de empleo especializado o/y proponiendo una invasión directa  del entorno estrictamente privado de cada individuo.

Al carecer los Operadores Públicos, de sus propios centros de Investigación y desarrollo “aceptan por buenas o por únicas” las teorías o modelos de desarrollo de Juegos, de la Industria de producción privada. Modelos siempre expansionistas, tanto de producción de software de juegos, como la de hardware para comercializarlos.

Lo que ha llevado en general, a ir aproximando y confundiendo la Oferta pública con la privada. Incluso a plantear que no existe diferencia alguna entre Juego Público y Privado, “todo es juego”. Todos guiados por las cuatro “P”: Producto- Promoción Precio y Plaza. ¿Es buena esta no-diferenciación de oferta y modelos…? El caso del Mercado del Juego en España es un ejemplo claro de los efectos positivos, de la diferenciación de modelos, para las Loterías del estado. Se termina capturando más mercado y desde luego de forma más coherente, con  una oferta bien dimensionada, bien diferenciada y de calidad.   Reto de futuro ¿Cómo rompemos el círculo vicioso del consumismo desmedido  y acrítico, potenciado, más o menos conscientemente, por Operadores llamados “Públicos o de lo Público” que persiguen principalmente,  sino exclusivamente, el incremento de beneficios.  Relegando a un segundo término su objeto social de contribuir al bien común? Mientras dependamos de la interpretación del Juego, propia de las industrias multinacionales fabricantes de máquinas o diseñadoras de juegos,  los Operadores públicos trabajarán con una visión sesgada, o distorsionada de la realidad. Confundirán los baremos del llamado “juego responsable” con la verdadera responsabilidad del Operador de Juegos de titularidad pública. El bien común no es principalmente optimizar el beneficio económico, (aunque también se busque), a COSTA DE OLVIDAR o ELIMINAR EL CRITERIO “CALIDAD DE OFERTA”. JUEGO SALUDABLE Calidad de oferta es ofrecer un ocio o un juego saludable, con garantía (con la garantía real del Estado que dice ser el Titular). Por lo tanto juego  de respuesta diferida y cuyo principal objetivo es la función social. El desarrollo pleno y equilibrado de sus ciudadanos. Implica ofrecer juegos de calidad, estrictamente los necesarios para cubrir la demanda real, con reglas de juego justas y transparentes. Es informar y formar al ciudadano, su mercado y atender las características de su demanda real. Si el ciudadano no conoce bien los juegos, juega con desventaja. Es ofertar unos procesos de comercialización de calidad, a través de Redes comerciales suficientemente preparadas y especializadas. Que sean capaces de informar y formar al mercado. Que sean capaces de canalizar la respuesta del Mercado, su feedback,  al Operador. Esto es lo que básicamente viene haciendo el Operador de Loterías español desde 1763. ¿Pero quién lo valora?Por lo que proponemos:

  1. Establecer desde los Agentes sociales, (UNI Juego por ej.) Una propuesta de reflexión a “EL”, y a otras Asociaciones de Operadores de Loterías,  seria y abierta, sobre ¿cuál es la función social de las Loterías del estado? ¿Cuáles deben ser sus objetivos en pleno siglo XXI? Y si esos objetivos, misiones o fines, justifican o no, el empleo de cualquier tipo de medios.
  2. Establecer desde el propio Operador o asociación de Operadores “centros de investigación y desarrollo de los Juegos del Estado” Con participación directa de las redes comerciales. Y abiertos a Agentes sociales, Asociaciones de consumidores, asociaciones de Damnificados por el juego etc. Para analizar la realidad de los mercados, la calidad de las ofertas, la evolución  de los distintos Operadores y sus juegos y desde el conocimiento de esa realidad compleja, elaborar sus propias teorías o modelos de interpretación del mercado del Juego.
  3. Y observatorios del Juego, propuestos y creados desde los Agentes sociales, sindicatos y patronales del Juego, incluyendo  departamentos especializados para los Juegos del Estado o Juego Público. Que propugnen modelos de Operador lo más respetuosos posible con el desarrollo equilibrado de sus ciudadanos. Estos “centros de supervisión del Mercado del Juego”, podrían establecer calificaciones de calidad homologadas, para cada juego. De forma que terminemos asumiendo las cuatro “C “, en vez de las cuatro “P”,  Conocimiento, comunicación, calidad y corresponsabilidad.

Conocimiento de los juegos, de clientes, redes, operador Comunicación entre Mercado-juegos-Redes C.-Operador Calidad en los productos y en los procesos de comercialización Calidad en los procesos de toma de decisiones del Operador Corresponsabilidad de todos los implicados para obtener un juego saludable, mínimo riesgo  de dependencia y máximo desarrollo equilibrado de los individuos.

Si los Operadores Públicos mejoran su “calidad de oferta”, si son coherentes con la búsqueda del bien común, a lo que les obliga el venderse como Loterías “del Estado”,  terminarán obligando a los Operadores privados a aproximarse a los valores del Juego Público. Mejorando la calidad de oferta general. Por el contrario si la imagen que proyecta el “operador público” y sus juegos, es similar o se confunde con la de los operadores privados, el jugador no tiene por qué preferirlos. Y terminarán no sólo gestionados, sino en propiedad del capital privado. Perdiendo así la Sociedad y el Mercado el mecanismo compensador de lo “responsablemente” Público.

Dirección de  Estudios de Anapal


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